jueves, 1 de noviembre de 2012


Yo también bendigo a los carteros:

Ginkgopolis.

Ayer, miércoles y último día del mes, Ginkgopolis entró por la puerta de casa.
  

Desde el primer momento sentí por esta novedad de Essen una atracción que no sabría explicar. Un algo, un no sé que... seguí sus pasos por toda la red, leí todo lo que había que leer sobre el juego y sobre su autor -Xavier Georges, autor de Troyes, un juego que me tiene hechizado, y de Carsson City, por nombrar sólo sus dos grandes éxitos.-
  
Como podéis apreciar por las fotos de la apertura de caja, el juego trae cartón para dar y vender: 60 losetas de buen grosor y grandísima calidad, 99 cartas, 125 recursos en madera con los colores de 5 jugadores...

Y un reglamento colorido, con un buen número de dibujos y explicaciones sencillas, fácil de entender y bien maquetado. Aunque en el tema del reglamento es donde está el único “pero” que le veo (por el momento). Y me explico: editor canadiense para un juego “made in Germany” con un reglamento sólo en yanki; ni francés, ni alemán... ni siquiera castellano del medievo.
Luego, algunos se preguntan porque no venden más juegos, porque los mercados están tan limitados...
Ahora sólo me falta probarlo; ver, si de verdad, cumple casi todas las bondades que prometía.
Y me encantaría que viera mesa a menudo.

2 comentarios:

  1. No había visto tu blog, hoy lo he descubierto de rebote.

    Acabo de reseñar Ginkgopolis. No tardes en estrenarlo. Está muy, pero que muy bien.

    Saludos

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  2. Bueno, y... ¿cumplió las expectativas? A mi me entró también por los ojos pero no lo compré, y luego algunas cosas que leí me quitaron ese hype inicial, que no las ganas de probarlo e incluso pensar en tenerlo en un futuro... pero, lamentablemente, aún no lo he catado :(

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