Dominant Species es un juego extraño.
En primer lugar, lo tiene todo para ser una auténtica bomba: es un juego sin factor suerte, original, con muchas posibilidades a la hora de escoger estrategia...
RB: 8,5. Y Dominant Species mantiene casi todas sus promesas. Pero, tal vez, ese exceso de promesas sea su mayor pecado.
Demasiadas posibilidades: 12 acciones, complejas, donde escoger sin saber muy bien por donde empezar.
Demasiados mecanismos: uno se pierde un poco entre las consecuencias de esto o de aquello; te descubres diciéndote “ah, no había visto esto” o “jolín, no me dí cuenta de que...” ¿Cómo se puede pensar en todo? Uno no sabe como preveerlo todo y a menudo te pillas los dedos con las consecuencias de este o aquel mecanismo que no supiste... Las ilustraciones sobre el tablero no ayudan demasiado y vas a veces perdido sin saber muy bien que acción corresponde a que.
Así y todo, Dominant Species no deja de ser un juego magnífico, bien concebido y en el que las mecánicas funcionan a la perfección: somos especies animales -pájaros, mamíferos, serpientes...- e intentamos escapar a la glaciación (representada por losetas) descubriendo nuevos territorios pero esa glaciación nos tiene manía , la muy ladina, y nos alcanza, se hace casi imposible sobrevivir sin desarrollar nuevos genes que ayuden a vencer las dificultades.
Las 2 grandes mecánicas de base del Dominant son:
- Juego de mayorías. Tener el mayor número de elementos sobre una loseta-terreno da puntos de victoria.
- La dominación, que está ligada a los genes de tu especie y al elemento que cada terreno ofrece (agua, semillas, carne...) Y se puede ser dominante aunque se esté en minoría. El número, esta es una de las curiosidades del juego, no tiene nada que ver con la dominación.
Estas dos mecánicas, bien conjuntadas, te llevaran en volandas hacia la victoria. Dicho así parece sencillo ¿verdad? El problema es dominarlas.
Dominant Species es un juegazo original, muy complejo, tal vez demasiado, en sus mecanismos. Pero el placer está ahí y lo recomiendo encarecidamente a cualquier jugador amante de este tipo de juegos.
SARA: 6. Hacía muchísimo tiempo que no me aburría tanto. Ya está, ya lo he dicho aunque sé que no va a gustar a todo el mundo . 12 acciones en el juego, sobre un tablero incomprensible. Pasé toda la partida con la mirada puesta en la ayuda del juego intentando adivinar para que servía cada acción y cuando llegaba a la última, ni me acordaba de la primera ¡por Dios! No sabía como crear una estrategia y por tanto, me era imposible meterme en el juego. Unos pocos turnos después, empecé a encontrarles la gracia a algunas de las acciones y me decía a mí misma, Sara, en cuanto domines el asunto esto será pan comido... el problema es que nunca llegué a conseguirlo.
Pero reconozco que Dominant Species tiene un gran potencial y de ahí mi buena nota pese a la tardecita que pasé.
RICH: 8. Este juego parece estar destinado a ser uno de los grandes sin embargo, tampoco acabó de llenarme del todo. Durante la explicación de las reglas, Dominant me pareció magnífico con todas sus mecánicas y acciones posibles. Somos una especie animal en particular e intentamos evolucionar y sobrevivir, adaptarnos al medio en una época dura de glaciaciones. Puedes aumentar tu población, emigrar hacia otras tierras más benévolas, eliminar
adversarios...
Vamos, todo cosas buenas salvo que, al cabo de varios turnos, te acabas dando cuenta lo difícil que es dominar tantas reglas y las consecuencias que tienen unas acciones sobre otras. Estas tan absorbido por las mecánicas que te olvidas de disfrutar de la partida. Y para seros sincero, yo también desconecté en los últimos turnos de la partida.
Pienso no obstante, que una vez bien asimilado, Dominant Species es una auténtica joya. Abstracto donde los haya, eso sí, pero una verdadera joya llena de potencial.